Perú cuenta con una rica herencia cultural, paisajes impresionantes y una economía que ha mostrado un fuerte crecimiento en las últimas dos décadas. Pero detrás de sus logros económicos, se encuentra uno de los problemas más urgentes del país: el empleo informal. Un asombroso 70% de la fuerza laboral en Perú trabaja de manera informal, una de las tasas más altas en América Latina. Para los responsables de políticas y los ciudadanos, abordar este problema es crucial para alcanzar el potencial de un crecimiento sostenido e inclusivo en el país.
A través de este blog, exploramos las complejidades del empleo informal en Perú, su impacto en la economía y en las personas, y los posibles caminos hacia un mercado laboral más formalizado.

La magnitud del empleo informal en Perú
El empleo informal se refiere al trabajo que se realiza fuera del marco legal de contratos, beneficios y protecciones sociales. Incluye a vendedores ambulantes, trabajadores desde casa, pequeños empresarios y trabajadores agrícolas, que a menudo operan sin supervisión ni regulación gubernamental.
Según datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) de Perú, la informalidad representa:
- 75.7% de todos los trabajos a nivel nacional.
- 70.5% de los trabajos en zonas urbanas.
- 95.3% de los trabajos en zonas rurales.
Si bien el empleo informal brinda ingresos inmediatos a millones de familias, perpetúa ciclos de pobreza y reduce el acceso a recursos fundamentales como la atención médica, la educación y la seguridad laboral.

¿Por qué es tan prevalente la informalidad en Perú?
Varios factores contribuyen al alto nivel de informalidad en Perú
- Leyes laborales rígidas
Las leyes laborales de Perú están entre las más restrictivas del mundo, según el Banco Mundial. Los altos costos de empleo, como los beneficios obligatorios por parte del gobierno y las regulaciones de protección laboral, desincentivan a las empresas a contratar trabajadores formalmente.
- Sistemas educativos débiles
Los bajos niveles de educación dificultan que los trabajadores accedan a empleos formales y mejor remunerados. Según las clasificaciones PISA, Perú ocupa posiciones bajas en matemáticas y comprensión lectora a nivel global.
- División rural-urbana
Las áreas rurales enfrentan una desigualdad regional significativa, con infraestructura, educación y acceso a oportunidades de trabajo formal limitados. Por ejemplo, solo el 6% de los hogares rurales cuentan con acceso a agua potable, internet y electricidad.
- Sistemas tributarios complejos
Las pequeñas empresas a menudo encuentran complicado cumplir con los requisitos tributarios y regulatorios de Perú, lo que dificulta aún más la formalización.
- Ineficiencia en los programas gubernamentales
Las redes de seguridad del gobierno peruano están insuficientemente equipadas para abordar los desafíos sociales. Los programas dirigidos a trabajadores informales a menudo enfrentan problemas de implementación, corrupción y sistemas de datos desactualizados.

Los impactos del empleo informal
Aunque el trabajo informal permite a muchos peruanos subsistir, plantea desafíos significativos tanto a nivel individual como social:
- Estancamiento económico: La economía informal contribuye a una menor productividad porque los negocios informales carecen de acceso a crédito e inversión, lo que limita su capacidad de crecer o invertir en mejor tecnología.
- Pérdida de ingresos tributarios: La informalidad le cuesta a Perú miles de millones en ingresos fiscales potenciales, lo que limita el financiamiento gubernamental para infraestructura, educación y salud.
- Vulnerabilidad social: Los trabajadores en empleos informales carecen de fondos de jubilación, seguro de desempleo y beneficios de salud, manteniéndolos en situaciones precarias.
- Desigualdad de género: Las mujeres están sobrerrepresentadas en el sector informal, a menudo equilibrando responsabilidades de cuidado con trabajos inseguros y de bajos ingresos.

Aprendiendo de casos de éxito regionales
Otros países en América Latina ofrecen ideas para reducir el empleo informal. Uruguay, Argentina y Brasil han disminuido significativamente la informalidad mediante la implementación de políticas laborales flexibles y el aumento del acceso a la educación y programas sociales.
Lecciones de políticas para Perú
- Simplificar las regulaciones laborales
Permitir que las pequeñas y medianas empresas (PYMES) tengan más flexibilidad para contratar, reduciendo las barreras burocráticas mientras se incentiva la contratación formal.
- Inversión en educación
Enfocarse en mejorar la calidad y el acceso a la educación, especialmente en áreas rurales y desfavorecidas, para preparar mejor a los trabajadores para empleos formales.
- Apoyo a las PYMES
Introducir programas de financiamiento con bajos intereses para pequeños negocios. Modelos como Reactiva Perú, que ayudó a las PYMES durante la pandemia del COVID-19, pueden servir para fomentar la formalización mediante el acceso a préstamos asequibles.
- Fortalecer la gobernanza
Combatir la corrupción, hacer cumplir el cumplimiento tributario y establecer bases de datos transparentes para enfocar beneficios en los trabajadores informales.

Hacia un futuro inclusivo
Si abordamos el desafío del empleo informal de manera integral, Perú puede liberar su verdadero potencial. Alejarse de la dependencia de la informalidad creará una economía más sostenible, equitativa y próspera.
La transición no será fácil. Pero con la acción colectiva de los responsables políticos, trabajadores y empresas, el sueño de una fuerza laboral completamente formalizada es alcanzable.
Sigue pendiente para conocer más sobre cómo estamos generando cambios.